Desde la SEEN tratamos de concienciar sobre la transcendencia de diagnosticar la desnutrición que se asocia a múltiples procesos patológicos y que ensombrece el pronóstico, a la vez que alarga el período de hospitalización y el coste sanitario de la enfermedad. 

La desnutrición relacionada con la edad (DRE) afecta a 1 de cada 4 pacientes ingresados en hospitales, alcanzando el 35% en el caso de las personas más mayores y es un problema común en todos los niveles de atención sanitaria, desde atención primaria a especializada y en centros de atención geriátrica. Su incidencia en las residencias de mayores supera el 60% por lo que podemos decir que la desnutrición es la mayor y más frecuente causa de discapacidad en la población mayor que vive en su domicilio o en instituciones. 

El colectivo de personas mayores se ve profundamente afectado en lo que respecta a su calidad de vida cuando, ante cualquier situación de enfermedad, se asocia un estado de desnutrición. Esta circunstancia prolonga la recuperación, aumenta el riesgo de reingresar por el mismo proceso y afecta gravemente a la independencia para las actividades de la vida diaria. La forma en que se podría prevenir y tratar de forma eficaz la DRE en los pacientes mayores pasa por la implantación de un cribado universal al ingreso hospitalario, una valoración diagnóstica completa del estado nutricional de las personas en riesgo de desnutrición y la aplicación de la terapia médica nutricional oportuna, para lo cual necesitamos ciertas modificaciones en la legislación vigente, que provoca cierta inequidad en el acceso al mejor tratamiento posible en cada situación.

En el caso de las personas mayores, muchas enfermedades, junto con la soledad, el aislamiento, la dependencia o los cambios en el entorno pueden conducirles a una situación de desnutrición. En ocasiones se trata de personas que viven solas, se saltan comidas o siguen dietas muy monótonas en las que predominan alimentos de bajo interés nutricional, en los que los déficits nutricionales están más extendidos de lo que nos gustaría pensar. 

En la valoración nutricional de las personas de edad avanzada, desde la SEEN, reivindicamos la incorporación del diagnóstico de la DRE en los informes médicos de los pacientes y el aumento de recursos de las Unidades de Nutrición Clínica de los distintos Servicios de Endocrinología y Nutrición, incluyendo la incorporación de Dietistas-Nutricionistas, para poder detectar y aplicar la terapia médica nutricional necesaria, lo que tendría una notable repercusión positiva en los resultados de salud de este colectivo con un notable ahorro en los costes sanitarios para cada proceso.